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Científicos ven clarísimamente que hay magma a 25 km en aguas de El Hierro (Islas Canarias)

Los científicos del buque oceanográfico «Ramón Margalef» han visto «clarísimamente» que hay magma a unos 20-25 kilómetros de profundidad en aguas de El Hierro, con una erupción continua en un foco, y donde a partir de mañana intentarán captar imágenes pese al problema de la turbidez del agua.

 

Así lo ha indicado este miércoles el vulcanólogo del CSIC Joan Martí, quien compareció en una rueda de prensa junto a científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y del Comité Científico del Plan de Protección civil por Riesgo Volcánico (PEVOLCA) para informar sobre la campaña que desde el domingo realiza el buque «Ramón Margalef» en aguas de El Hierro.

Juan Acosta, del IEO, señaló que lo más reseñable entre los datos recopilados por los científicos se encuentra el haber localizado en aguas de El Hierro una estructura volcánica con un cono circular prácticamente perfecto al final de una zona de fallas.

El volcán submarino, con un cráter de unos cien metros de altura, se encuentra en una especie de valle y en la vertical del edificio volcánico se ha detectado una ascensión de fluido, una columna de gases «importante» que llega a la superficie y da lugar a la mancha visible desde hace días en el mar de El Hierro.

Francisco Sánchez, jefe de campaña del «Ramón Margalef» y responsable de la segunda fase de los trabajos, que comenzará mañana, explicó que se tratará de grabar imágenes por los medios directos que posee el barco del IEO, es decir, los vehículos de tracción remota ROV Liparus 2000 y el «trineo».

En la primera fase de los trabajos se ha identificado el fondo marino por medio de elementos electroacústicos, que a partir de mañana se complementarán con las imágenes captadas en zonas «complejas» y con la recogida de muestras.

El único problema, dijo Francisco Sánchez, es la turbidez del agua en la zona de La Restinga, donde la emisión de fluidos provoca muy poca visibilidad y origina unas condiciones bastante difíciles para el trabajo de los vehículos submarinos del «Ramón Margalef».

Añadió que ha sido «una suerte» que la campaña del IEO haya coincidido con una situación que no es «excesivamente violenta», lo que impediría acceder a la zona ni garantizaría una seguridad adecuada para trabajar «sobre el volcán», ni tan tranquila que evitase su actividad.

Joan Martí, vulcanólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, afirmó que si se consigue llegar hasta el fondo submarino con los robots se debería ver un edificio volcánico similar a los terrestres porque «sorprendentemente», añadió, la erupción se está comportando igual que en las de la parte «subaérea».

Martí subrayó que la erupción continúa porque así lo revelan los indicios térmicos y de gases, así como la señal sísmica «que no ha dejado de funcionar y está prácticamente constante».

«La erupción está funcionando y con los datos que se han obtenido en la campaña oceanográfica se podrá calcular el volumen de magma que ha salido y realizar un mejor pronóstico de lo que puede durar la emisión», dijo el vulcanólogo.

En cuanto a si puede haber una nueva erupción al norte de la isla, en la zona de Frontera, donde ahora se concentra la mayor parte de los movimientos sísmicos, el científico afirmó que no parece que esta sismicidad esté directamente relacionada con la emisión de magma, aunque «habrá que seguir vigilando» para determinar si es «el preludio» de nueva actividad eruptiva.

«Lo que estamos viendo clarísimamente es que hay magma debajo de El Hierro, a unos 20 o 25 kilómetros, y las erupciones anteriores dicen que el magma viene de esa zona, sólo que lo que ahora vemos está vivo», añadió Martí.

Preguntado por si fue correcta la evacuación de los habitantes de El Pinar, dijo que «nunca sobra la prevención» y las medidas fueron correctas, porque «es mejor prevenir que curar» aunque resulte «molesto que te digan que hay que evacuar».

Señaló que los edificios volcánicos son estructuras muy inestables y más debajo del agua, pues «igual que crecen colapsan» y experimentan un cambio constante de morfología, por lo que es preciso hacer una batimetría «para ver en qué estado queda esto».

Fuente: Canarias7

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