Un equipo de filmación de la colonia de cetáceos que habita en aguas del sur de Tenerife ha localizado, flotando a unas dos millas de la costa, los restos de un calamar gigante, posiblemente una hembra adulta que podría haber alcanzado los 8 metros de longitud con sus tentáculos íntegros.
El ejemplar, del género «Architheuthis», fue avistado frente al acantilado de Los Gigantes por el equipo de rodaje de un documental sobre la colonia de calderones tropicales de estas aguas, afirma en una entrevista a Efe Rafa Herrero, de la empresa Aquawork, especializada en la filmación y el estudio del mar en Canarias.
El animal se hallaba en buen estado de conservación a pesar de que le faltaban parte de los tentáculos y los ojos, y conservaba su pigmentación original, señala Rafa Herrero, que indica que al equipo de rodaje, también integrado por Teo Lucas y Montse Grillo, le causó «emoción y asombro» el hallazgo.
Herrero comenta que para Ángel Guerra, profesor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y uno de los mayores especialistas en cefalópodos del mundo, se trata posiblemente de una hembra adulta, que podría tener unos 8 metros de longitud con sus tentáculos íntegros.
«Una hembra de «Architheuthis puede llegar a medir dos metros y medio de manto, lo que supondría unos 18 a 20 metros de longitud total. Su ojo es el mayor del reino animal, semejante a un balón de balonmano», añade Rafa Herrero.
El inesperado encuentro se produjo el 2 de julio cuando el equipo de filmación divisó varias pardelas volando sobre el mar abierto, un indicador de que hay delfines, caballas o algo flotando en el agua, y al aproximarse vieron que estaban picoteando unos restos.
Para los documentalistas fue asombroso ver las dimensiones de los restos que había en el agua y constatar que era un calamar gigante, un animal «que arrastra una gran leyenda y una conexión muy directa con nuestro trabajo», ya que se sabe que es una presa ocasional del calderón tropical.
Los documentalistas recogieron muestras de las ventosas y del pico del calamar para enviarlas a la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario (SECAC).
La profundidad del agua en la zona de Los Gigantes, donde apareció el calamar gigante, se sitúa entre los 800 y los 1.200 metros, lo que permite a los calderones tropicales bajar continuamente a alimentarse pues hay bastantes especies marinas, sobre todo cefalópodos, explica Rafa Herrero.
Lo que no ha ocurrido nunca es avistar un calamar gigante vivo a pesar de las expediciones que se han emprendido para su hallazgo en Canarias, Cantabria y Nueva Zelanda. Todas han fracasado, recuerda Herrero.
Sin embargo, el primer hallazgo «de este mítico animal de las profundidades» se remonta al 30 de noviembre de 1861, también en aguas de Tenerife, lo que marcó «el primer encuentro entre el calamar gigante y el ser humano y que inspiró la novela de Julio Verne «20.000 leguas de viaje submarino».
«A pesar del tiempo transcurrido, apenas se sabe nada de este enigmático cefalópodo, que era conocido en la antigüedad como Kraken, el monstruo marino», subraya Herrero.