El Grupo de Expertos No Gubernamentales del Sistema Mundial de Socorro (Gengsms) ha afirmado que el incumplimiento de requisitos de la normativa vigente para embarcaciones de pasaje fue el motivo del incendio y del posterior hundimiento de la embarcación de recreo ‘Liberty Tercero’ el pasado 14 de octubre de 2011 en Mogán (Gran Canaria), por lo que exige el cese profesional del Capitán Marítimo de la provincia de Las Palmas.
Estas declaraciones se han basado en el informe técnico realizado por la Comisión de Investigación de Siniestros Marítimos (CIAIM) que ha confirmado que la embarcación siniestrada efectuó sus últimos reconocimientos el 31 de marzo de 2011, según ha informado la organización mediante nota de prensa.
Dichos reconocimientos identificaron la falta de un sistema de alimentación de reserva para los equipos de radiocomunicaciones, una medida que la Capitanía Marítima de Las Palmas «pasó por alto», expidiendo el Certificado de Seguridad Radioeléctrica el 4 de abril de 2011 «sin haber sido subsanada esa deficiencia».
De hecho, este incumplimiento impidió emitir la Alerta de Socorro a través de los Subsistemas y Métodos del Sistema Mundial de Socorro, lo que significó la ralentización de los servicios de salvamento desde tierra y en la mar, «poniendo en riesgo la seguridad de 27 personas».
Por su parte, los investigadores de campo de la Comisión de Investigación han resaltado la existencia de varios errores o ‘lapsus’ de los inspectores de la Capitanía Marítima de Las Palmas debido a la «inexactitud» de la clasificación de la embarcación que afectaron a los equipos de navegación, medios contra-incendios, equipo de radio o elementos de salvamento que debía llevar a bordo el barco.
En esta misma línea ha criticado al personal que llevó a cabo el arriado de la balsa por su «falta de habilidad» para enderezar el bote volcado, así como la maniobra de embarque de los supervivientes al buque rescatador y a la tripulación de la embarcación, que no realizó una demostración sobre el emplazamiento y uso de chalecos salvavidas y los medios de evacuación disponibles a bordo.
Falta de una regulación de seguridad específica
El dictamen de la CIAIM ha considerado que «muchas» de estas inconsistencias se deben a la falta de una regulación de seguridad específica que contemple las singularidades de las embarcaciones similares a la siniestrada y que realizan este tipo de navegación con pasajeros, haciendo que las Capitanías Marítimas se encuentren con dificultades para fijar el estándar de seguridad exigible en ellas.
De hecho, en el marco de las Recomendaciones de Seguridad, la Comisión de Investigación ha demostrado en cuatro puntos el grado de inseguridad de este tipo de embarcaciones dedicadas al transporte turístico de pasajeros.
Parte de la culpa la han achacado a los Capitanes Marítimos, a los que han hecho responsables de «absurdas exenciones» de equipamientos «vitales» para la seguridad marítima. La organización ha señalado que deberían ser llamados al orden por parte del Director General de la Marina Mercante para la aplicación de «urgentes» medidas correctoras «que pongan fin a tanta irregularidad administrativa».
Finalmente, han indicado que las «recurrentes y costosas» campañas publicitarias del Ministerio de Fomento dirigidas a la Náutica de Recreo «nada valen» mientras no se respete la normativa internacional y el Reglamento de Radiocomunicaciones.