El movimiento 15-M, junto a otros colectivos, organizó esta jornada de protesta que se ha seguido en otros muchos puntos de España y del mundo. En la capital grancanaria tuvo su punto crítico cuando justo antes de la lectura del manifiesto algunos manifestantes hicieron lucir una bandera anarquista, hecho que fue reprobado por la inmensa mayoría de los asistentes reivindicando que «nosotros no tenemos bandera».
«Lo llaman democracia y no lo es» fue una de las expresiones más coreadas tanto durante el recorrido como en el punto y final. Durante el manifiesto, continuamente vitoreado, se reivindicó, entre otros puntos, ‘una vivienda digna y adecuada’, ‘una banca pública que proteja los intereses de todas las personas’ o ‘una soberanía social que defienda a los individuos y a las comunidades por igual’, dejando claro que esta lucha es «para que las generaciones venideras tengan derecho a soñar y a cumplir sus sueños’ y que esta movilización «no va a parar».
