La agrupación ecologista asegura en un comunicado que, según datos del Gobierno de Canarias, los vertidos de origen urbano se incrementaron un 45% entre 2001 y 2008, y añade que de los 154 vertidos de aguas residuales que hay en Gran Canaria, sólo el 23% están autorizados.
Asimismo, aclara que más de la mitad de los vertidos se producen en playas, puertos o zonas urbanas, y los sistemas de evacuación dominantes son la conducción de desagüe (51%) o el vertido directo (30,9%), generalmente a escasos metros de la costa.
De todo el litoral de Gran Canaria, según Ben Magec, la zona más castigadas por los vertidos son la costa norte y este, y destaca los vertidos de aguas residuales mal depurados que se producen en el litoral este de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria o en la playa de Bocabarranco y en el Barranco de Silva, en el municipio de Telde.
Para los ecologistas, estos problemas se derivan de una «pobre inversión» del Gobierno de Canarias en infraestructuras de saneamiento y depuración, una «mala gestión» del Consejo Insular de Aguas y una «dejación de funciones» de los ayuntamientos costeros.
Ben Magec-Ecologistas en Acción advierte de que los «innumerables» vertidos de aguas residuales mal depuradas o sin depurar que se producen en las costas canarias suponen un «grave riesgo» para la salud de las personas, contribuyen a la «degradación continua» de los ecosistemas costeros canarios, conllevan un «despilfarro» de agua potencialmente reutilizable y «menoscaban» la base sobre la que se sustentan importantes actividades económicas en el archipiélago.
Por todo ello, insta a las administraciones competentes a que se impliquen en la solución de este problema medioambiental que soporta la costa canaria para llegar a conseguir en 2015 el buen estado ambiental de las aguas costeras que determina la Directiva Marco del Agua (DMA).